23.2.09

Un día, paseando por la calle, encuentras una vela. Te la llevas a casa, la cuidas, la mimas, y la enciendes. Intentas que no se apague la vela, pero ves que poco a poco se consume. Al cabo de varios días, de pronto, se abre la ventana con el aire, y éste, apaga la vela. Intentas cerrar la ventana a toda prisa, pero es en vano. Después de todo lo que hiciste porque no se apagara, te pones triste, era la vela más bonita y preciosa que jamás habías visto. y la guardas en un cajón. Después de un tiempo, vas por la calle y encuentras otra vela, pero decides que esta vez no la llevarás a casa, porque estás segura que se apagará como la anterior. vuelves a casa con el remordimiento e intentas ocultarlo. Pasan los días y tu aún sientes pena de aquella vela, que dejaste en calle, y al final decides salir a buscarla. Cuando sales, la ves, pero cada paso que das hacia ella, sientes como que se aleja y después de perseguirla un rato te cansas y te marchas a casa, dolorida. Cuando llegas ves que de tu cuarto sale un resplandor, te asomas y, ¡es la vela que se apagó!¿Cómo ha llegado hasta allí si la metiste en un cajón?, ¿Cómo ha conseguido encenderse de nuevo?Ahora ya no te sientes bien al mirarla, sientes miedo, mucho miedo. Dolor a que por una equivocación, se pierda otra vez esa llama, o justamente lo contrario, que siga encendida. Pero a la vez, cada noche, al acostarte, descubres que por la vela que rezas, en la que piensar cada instante, es aquella que dejaste, tal vez, por estar ciega, de tanto mirar aquella que volvió a encenderse...
¿Qué haces ahora?, ¿Apagas la primera y sales corriendo a buscar a la otra?, ¿Vuelves a observarla para cegarte de nuevo? ¿QUE QUIERES HACER?
yo es que no tengo la más remota idea, así que ayúdame tú...
aLee*

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