29.8.10

Donde está esa fe, donde está mi esperanza...Quién se la llevó.
Y es que no soy mujer de confianzas, no soy lo que se puede decir positiva. Llegó él y lo deslumbró todo, me dio luz, me dio paz. Pero mis malos pensamientos siguen siendo un principal tema en mi cabeza. No quiero, me niego completamente a volver a sentirme por los suelos, es algo que jamás quiero recordar. Pero ya no sé qué hacer, le amo como nunca he amado a nadie. Él es toda mi vida y si me lo quitan juro que me muero. No sé porque el puto miedo a desaparecer, a que me roben lo que es mío, otra vez. Y es que ya sufrí tanto que de lo que era yo queda poco. Él es el único que me rescata un poquito más cada día, pero no consigo salir del fango que me atrapa. Tengo mucho miedo de perderle, no me imagino una vida sin él, es como imaginar que el corazón no late, como que el aire se acaba para siempre. Y es que además, él me ama, me ama como nunca. No tengo porqué tener miedo pero aún así, lo tengo. Y cada vez que me pasa algo así necesito tenerle a mi lado. Cómo desearía ahora mismo tenerle aquí, para abrazarle. Porque cuando estoy con él, todas las malas cosas que rondan en mi cabeza se desvanecen. Él es la cura de esta desagradable enfermedad, el remedio más natural a todos mis males. Y deseo ardientemente que así sea siempre. Que no me falte Dios mío, que sino yo ya no seré nada...

26.8.10

¿Sabes? Me encanta todo de ti, adoro tu sonrisa torcida, tu cara de niño pequeño, el brillo de tus ojos cuando algo te emociona. Adoro las arrugas de tu frente cuando te preocupa algo, tus bufidos de desesperación cuando te enfadas. Mataría por oír el sonido de tu risa a cada minuto, por que tus manos me acariciaran todos los días de mi vida. Me quedaría por siempre con la imagen de tu sonrisa, tan grande como tú. No me cansaré de decirte lo inmensamente afortunada que soy, lo feliz que me haces y lo que te amo. Sabes que tenemos una suerte inmensa, que con la cantidad de personas que hay en el mundo hemos ido a encontrarnos nosotros dos, nos hemos fijado el uno en el otro, nos queremos como poca gente puede imaginar… Tú mismo lo has dicho, esto es MAGIA. Y no me importa haber esperado 17 años para encontrarte, habría esperado 40 años más; si tenías que llegar un día, te habría esperado toda la vida. Prometo estar junto a ti todos los 24 de octubre que quedan por delante, prometo sacarte tu preciosa sonrisa todos esos negros días, como hoy. Me dejaré la vida en hacerte feliz… Lo prometo.

25.8.10

Y no contento con arrebatarme el alma sigue encandilando mi corazón. Consigue que mi cuerpo suba como la espuma del mar en pleno agosto. No le vale con tenerme a su lado, no es suficiente saber que le amo hasta lo inimaginable. Él quiere más, y sabe perfectamente que yo se lo voy a dar. Él sabe sacar de mí todo lo escondido, todo lo maravilloso. Nadie como él existirá jamás en mi vida, nadie como yo llegará a aparecer en la suya. Y es que los dos sabemos bien que jamás nadie podrá separarnos, porque somos uña y carne, somos dos gotas de agua que se unen en la corriente de la lluvia, somos dos almas gemelas inseparables, somos fuego, somos cielo y tierra, somos amor y sobre todo y sobre todas las cosas, somos dos locos enamorados a los que les da igual el día de la semana, la hora a la que levantarse, la gente que deambula por la calle...
Tan sólo nos importan nuestros besos, las caricias que se dan sin avisar, las miradas que entran muy profundamente en el alma y eso es lo único que nos importa. Él, yo y nada más.
Felices diez meses y un día.

1.8.10

El amor no existe para hacernos felices, sino para demostrarnos cuán fuerte es nuestra capacidad de soportar el dolor.

30.7.10

¿Alguna vez has enloquecido por alguien?
Hasta el punto de perturbarse y desvariar, o autoinmolarse el corazón. Desconciertos gástricos, anarquías mentales y una dolorosa vorágine interior con cada atardecer. ¿por qué resbalarán tanto las noches mojadas? Cómo paralizan los minutos tus miradas; y mis labios, cuando se comen tus palabras. Retorcerse entre pliegues de sábanas polares, es tan fácil perder la sazón... ¿Alguna vez has enloquecido por alguien?, yo sí. Por ti.

3.7.10

Podrás quemar todas las cartas que te escriba, podrás jugar con mis músculos faciales como se te antoje pero nunca revientes la costura que nos une. Se que esto que te pido es una real tontería, sé que jamás harías una cosa así pero quién sabe, mejor prevenir que curar siempre se dijo. Por eso, y por todo lo que he vivido junto a ti quiero decirte que me vale todo si es contigo, que no hay un límite exacto si eres tú la persona que camina a mi lado. Contigo, cero problemas, infinitas soluciones. Contigo, inmensa alegría, tristeza inexistente. Y es que a estas alturas sabrás que sin ti la vida que está escrita para mí no tiene sentido alguno y que la tuya será un capitulo imposible de acabar. Por eso, amémonos como hasta ahora, sin olvidarnos de lo importante de esta vida pero tampoco olvidarnos de mirarnos cada día a los ojos con más amor acumulado en la retina que el día anterior.

19.6.10

No me sueltes jamás, sería la peor tortura registrada en la historia. No me dejes en la estacada nunca, las venas se me escarcharían y el oxígeno que recorre mis pulmones rápidamente se haría sólido. Los cuarenta ladrones de Aladín vendrían por mi corazón, por ese grato tesoro que yo te regalé. No se te ocurra olvidarme porque también te harás daño tú, sabes que esto es mucho amor para tan sólo una vida. Peter Pan ya me lo dijo una vez, no confies demasiado pero él qué sabe si nunca ha amado a nadie. Es mentira aquello de que amaba a Wendy, en ella sólo veía una madre a la que llorar (y eso que los hombres no lloran), nada más. No nos tratemos de engañar, sabemos que estamos hechos el uno para el otro y no hay más final feliz que el nuestro. Por eso, no te vayas nunca o toda la magia Disney ya no tendrá relevancia alguna en nuestras vidas...

18.6.10

Hablemos y conversemos hasta altas horas de la noche, discutamos sobre temas ilógicos y tremendamente apasionados. Mirémonos sin perder de vista ninguna de las pestañas del otro, sintamos el calor que irradian nuestros cuerpos cuanto más cerca nos encontramos. Y es que si la piel es un lenguaje, toquémonos hasta unirnos por completo, besémonos hasta desgastarnos los labios y no nos separemos el uno del otro nunca jamás, aunque comience a amanecer...

17.6.10

-No sabes las veces que he imaginado este momento.
-¿Qué momento?
-Éste, en el que me respiras.
-¿Y qué hacía?
-Te sentía detrás de mí, y aunque no me tocabas te notaba a escasos centímetros de mi nuca. Notaba cómo respiras mi calor. Notaba como mi olor te llenaba por dentro.
-¿Así?
-Sí, así.
-¿Y entonces qué pasaba?
-Después me abrazabas.
-¿Así?
-Sí, justo así.
-¿Y luego?
-No lo sé. Siempre me perdía en este escalofrío.

16.6.10

Es más que un sentimiento, es más que una pasión. Pisar el suelo desde tus bambas de colores, esas que te han acompañado durante tus largos y duros progresos. Esas que han visto la gloria y la desdicha del perdedor, esas que están ahí aunque llueva a cántaros. Esas que no te defraudarán. Y siguen siendo mis compañeras una y otra vez más, sin miedo al cansancio, esa palabra no existe en nuestros vocablos. Y bailamos juntas, en armonioso paso elevado en superficie, y no existe nada más que la música y el ritmo cardiovascular de nuestro corazón interior. Tan solo queda salir al escenario y demostrarle al mundo de que pasta estamos hechos. Y es entonces cuando las miro y digo gracias, gracias por acompañarme en este duro y largo camino.

8.6.10

Y me encontraba allí, delante de él, suspirando por sus huesos, deseando que me besara otra vez, anhelando el contacto de su piel. Pero no dijo nada. Primero tocó mis cabellos, jugó con cada mechón castaño y acercó su nariz para olerme. Me miró vivazmente a los ojos, como temiendo perder algo. Después inclinó su cabeza y acercó sus labios a los míos. Cerré los ojos con fuerza y apreté su mano fuertemente. Cuando solo quedaba un escaso milímetro se paró. Por un instante pensé que todo era un sueño, pero no, abrí los ojos y seguía allí.
-¿No me vas a besar? -Le dije, dificultosa, ya que el deseo de besarle era más fuerte que mis palabras.
-Antes quiero pedirte algo.
-Lo que tu quieras.
-No me dejes nunca.
-Sabes que estaré a tu lado hasta que te hartes.
-Lo suponía pero, escucha una cosa, yo nunca me hartaría de ti.
Y justamente después el espacio desaparece, sus labios besan los míos, su corazón abraza a mi corazón, su piel se conecta a mis sentidos. No he sido tan feliz, nunca, hasta que llegó él e iluminó mis días más oscuros. Y no volvieron a dolerme las manos de frío nunca más. Y el deseo gira en espiral, porque mi amor por él es total y es para siempre. Eso es lo que pasa cuando le entregas todo tu corazón a alguien.

3.6.10

Malcríame la vida con mil besos a la hora y siente en tu corazón lo que la mente no controla. Ábreme las puertas del paraíso que yo tejeré el cielo estrellado en tu mirada. Muéstrame el secreto que escondes bajo llave que yo lo guardaré hasta el último día de mi vida. No dejes que la llama se apague, este amor no entiende de cenizas. Cúrame las heridas del ayer con dulzura y entrégame todo tu ser. Y es que tardaron mil novecientos noventa y dos años en crearte y sólo dieciséis en traerte a mí...

23.4.10

Y haciendo limpieza de archivos virtuales, que más que archivos eran recuerdos por todo lo alto, encontré la conversa escrita que mantuvimos aquel amigo del alma y yo en una tarde aburrida del abril 08'. Qué risa, ¿pero cómo éramos tan felices con tan poco? Él, yo y banalidades como el coche de sus sueños o mis intentos por encontrar al verdadero príncipe azul. Si Delacroix nos hubiese visto... ; en fin. Otro de tantos días, sentado en el respaldo del banco de jardín, tu `presencia´ sigue muy dentro de mi ser; y la mía, sentada a cuclillas sobre la hierba fria y agarrando un viejo póster de los red hot chilli peppers que él arrancó hace ya casi 2 primaveras de una pared para traérmelo a mí. La cuestión es que todo esto tiene la absurda finalidad de hacerme reflexionar sobre este tiempo loco, que corre y que asusta. Sobre estos recuerdos que me llevan a él, a lo bien que una se lo pasaba sentada en el asiento de atrás de aquel ford fiesta que al final se compró. Pero bueno, que nadie se agobie porque yo sigo a lo mío, medio coja por el filo de algún precipicio interior, deshojando margaritas que llevan escritos todos y cada uno de los consejos que me daba por teléfono: 'Alepú, tú no necesitas esteroides, tienes una fuerza interior que muchos quisieran poseer'. ¿Por qué no inventan una filosofía de vida para los que estamos cagados de miedo? me preguntaba en momentos de soledad innata. Es triste no poder despedirse de alguien por quien darías la misma vida. Saber que en aquel decisivo momento la relación espacio-tiempo no estaba de tu parte. Y no hace falta que paren el tren, soy demasiado bondadosa para hacerle perder el tiempo a la puta humanidad. Me bajaré por la ventanilla del último vagón y rodaré colina abajo. Sintiendo la hierba fría, visionando el póster de los red hot chilli peppers, escuchando los mil consejos diarios, dándole gracias a Dios por llevarlo a mi vida y maldiciéndole también por, tan pronto, llevárselo él.
A Jairo, mi mejor amigo. Cuida de mí, allá donde estés.

5.4.10

Me encantaría despertar a tu lado todos y cada uno de mis días. Soñar que me arropas de madrugada y que te despierto llevándote el desayuno a la cama. Sería fascinante poder ver el amanecer en tus ojos y perderme en la carretera de tu cuerpo. Quisiera que me besaras hasta altas horas de la noche, sin dejar un solo hueco en mi piel sin un beso. Abrazarme a tu cintura y no soltarme jamás, ni por todo el oro del mundo. Quiero pertenecerte y que tú me pertenezcas a mí, poder estar toda mi vida a tu vera. Y es que se vive muy bien si tú estás cerca, si eres tú el que consigue hacerme respirar...

17.1.10

Hace muchísimo tiempo que no actualizaba el blog. La verdad es que no se porqué dejé de escribir. Tal vez fue vagueza o quizás el dolor me lo impedía. En Septiembre mi corazón se hizo añicos. Se lo avisé mil veces o incluso más, pero no sirvió de nada, cuando se empieza a olvidar sin quererlo se acaba olvidando, aunque te niegues y empeñes todo lo que tienes. Fue eso exactamente lo que le ocurrió. Quiero creer que se olvidó de mí sin más, que nadie influyó en su decisión de alejarme de su vida porque sino perdería mucho su existencia en la mía. Se fue cuando más le necesitaba, cuando más sola me sentía y no había nadie, nadie que me consolara. Más aún me dolió su partida cuando a pocas semanas ya había reconstruído su corazón. Ya volvía a sentir el calor humano en sus brazos y podía besar con una sonrisa en la boca. Verle tan alejado de mí y mirarme yo al espejo y verme tan pequeña. No quise pronunciar nunca más la palabra amor, la desterré completamente de mi vocabulario. Ese dolor que quema hasta los huesos, los temblores que acaban arrojándote a la depresión, eran más y más frecuentes en mí. Cuando creí que todo lo malo se había marchado y todo sería felicidad, volvió a aparecer. Ni siquiera mis amigos consiguieron arrancarme una tibia sonrisa. Además de todo esto, perdí a otra persona muy importante, mi abuelo. Nunca podré olvidar cada chiste malo que me contaba, cuando me hacía rabiar de pequeña, cuando me enseñó a tocar la guitarra, a cantar, a bailar. No podré olvidar nunca cada abrazo o cada beso en la frente, sus preciosos ojos verdes, ni tan siquiera podré borrar de mi mente el nombre de su mejor guitarra, Alejandra. Se me juntó todo en un solo mes. No sabía ni cómo respirar, no sabía vivir. No podía seguir así, necesitaba cambiar, volver a ser la misma niña alegre de siempre. Esa a la que todo el mundo acude, esa niña que sonríe y llena cualquier habitación de luz. Un sábado, tres de octubre, quedé con dos amigos míos de Córdoba. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos y decidimos quedar aquel día. Nos lo pasamos de miedo. Estuvimos en el río, comimos en el centro y por la tarde fuimos a Nervión. A nosotros se unió Bea, que quiso venir con nosotros. Yo sonreía todo lo que podía, es decir, casi nada. Estuvieron todo el tiempo haciéndome reír y contando chistes super malos. Pasamos por un puesto de chucherías y Alex, uno de mis amigos, me compró mis gomitas preferidas. Aquello arrancó de mi corazón una amplia sonrisa y a partir de ahí empecé a sonreír más. Hubo un momento en el que Alex me cogió de la mano, inocentemente. Me sentía verdaderamente bien. Y por la calle haciendo el tonto con él era muy divertido. Nos fuimos a un parque y estuvimos hablando de muchísimas cosas. Contando mil chistes malos y riéndonos a más no poder. Era todo tan perfecto que por un momento se me olvidó toda la pena que tenía dentro. Estar sentada en sus piernas imitando a una niña pequeña sentada encima de Papá Noel era demasiado infantil y maravilloso. Llegó el momento de acompañarlos al tren. Yo no quería. Sabía perfectamente que cuando me encontrara sola me hartaría de llorar y volvería mi pena a brotar de mi corazón. Bajando por la rampa mecánica decidimos echar un pulso de ojos. Y como si de dos imanes se trataran, nuestras cabezas se acercaban cada vez más. Llegamos a traspasar el último centímetro un poco, pero todavía había un gran abismo entre su boca y la mía. Un abismo que no podíamos cruzar. Yo por mi pena tan reciente y él porque ya pertenecía a alguien. En ese momento quise morir, quise olvidar todo el día que habíamos pasado. No quería más complicaciones en mi vida y menos de este último tipo. Se fueron y me quedé sola en aquel andén unos segundos. Repasé mentalmente todas y cada unas de las frases que ese día escuché de sus labios y sentí como un escalofrío recorría rápidamente todo mi cuerpo. Un escalofrío que no me gustó nada de nada. Llegué a mi casa y a la hora e irme a dormir mi móvil comenzó a sonar. Era él, que quería hablar. No sé porqué pero la pena volvió a desaparecer de mi rostro. Estuvimos muchísimo tiempo hablando. Así nos llevamos unos cuantos de días. Descubriendo cosas entre los dos, cosas tan comunes que no parecían ser ciertas, pero sí, lo eran. Yo no sabía qué estaba haciendo. Estaba ilusionándome de nuevo y encima él estaba con otra persona. Me dolía hablar con él, porque con cada palabra más me latía el corazón. Llegó a decirme que me amaba. No podía con esa situación, me estaba mantando poco a poco. Hasta que un día me dijo que podía amarme solo a mí, que ya nada le ataba. Y sin saber muy bien porqué me alegré de que fuera así. Volvimos a quedar, pero esta vez los dos solos, y estuvimos paseando por el río. Nos sentamos en la calle Betis a contemplar el agua y a tomar el sol, que aunque estábamos en Octubre, hacía muchísima calor. Mirarle a los ojos y verle sonreír era maravillosamente perfecto. Mi corazón mi gritaba dolor y yo me puse dos tapones en los oídos para no escucharlo, para centrarme en esa mirada tan bella que tenía de frente. Me abrazó contra él y me dijo al oído que me quería y me derretí como un helado en pleno mes de Julio. Le miré una vez más y nos quedamos callados y quietos, como esperando algo. Y sucedió. Mi cuerpo se abalanzó sobre el suyo y nuestras bocas se unieron en un beso. Cerré los ojos fuertemente, como con miedo. Sentir nuestros labios juntos era tan mágico que creí estar en las nubes. Desde entonces, me fui enamorando poco y fui olvidando aquel desengaño del pasado. A día de hoy puedo decir orgullosamente que estoy enamorada de él, que mi vida gira en torno a él. He encontrado a esa persona que buscamos todos y sí, él es esa persona. Esa persona que se complementa en todo contigo, aquella persona que te cuida y te ama hasta en los peores momentos, esa que no te deja sola bajo ningún concepto. Son casi tres meses los que llevo a su lado y me han parecido una eternidad tan bella que no me importaría vivirla para los restos de mi vida. Solo me queda decir que doy gracias a todos aquellos que se han atrevido a retarme de alguna manera. Gracias a aquellos me he dado cuenta de que soy mucho más fuerte que antes. También agradecerle a todas las personas que han sabido cuidarme y que no me han dejado sola nunca. Le debo toda una vida de agradecimientos. Y en especial a Alex, porque hoy día no sería nada sin él...
241009 (L)
aLee*