19.6.10

No me sueltes jamás, sería la peor tortura registrada en la historia. No me dejes en la estacada nunca, las venas se me escarcharían y el oxígeno que recorre mis pulmones rápidamente se haría sólido. Los cuarenta ladrones de Aladín vendrían por mi corazón, por ese grato tesoro que yo te regalé. No se te ocurra olvidarme porque también te harás daño tú, sabes que esto es mucho amor para tan sólo una vida. Peter Pan ya me lo dijo una vez, no confies demasiado pero él qué sabe si nunca ha amado a nadie. Es mentira aquello de que amaba a Wendy, en ella sólo veía una madre a la que llorar (y eso que los hombres no lloran), nada más. No nos tratemos de engañar, sabemos que estamos hechos el uno para el otro y no hay más final feliz que el nuestro. Por eso, no te vayas nunca o toda la magia Disney ya no tendrá relevancia alguna en nuestras vidas...

18.6.10

Hablemos y conversemos hasta altas horas de la noche, discutamos sobre temas ilógicos y tremendamente apasionados. Mirémonos sin perder de vista ninguna de las pestañas del otro, sintamos el calor que irradian nuestros cuerpos cuanto más cerca nos encontramos. Y es que si la piel es un lenguaje, toquémonos hasta unirnos por completo, besémonos hasta desgastarnos los labios y no nos separemos el uno del otro nunca jamás, aunque comience a amanecer...

17.6.10

-No sabes las veces que he imaginado este momento.
-¿Qué momento?
-Éste, en el que me respiras.
-¿Y qué hacía?
-Te sentía detrás de mí, y aunque no me tocabas te notaba a escasos centímetros de mi nuca. Notaba cómo respiras mi calor. Notaba como mi olor te llenaba por dentro.
-¿Así?
-Sí, así.
-¿Y entonces qué pasaba?
-Después me abrazabas.
-¿Así?
-Sí, justo así.
-¿Y luego?
-No lo sé. Siempre me perdía en este escalofrío.

16.6.10

Es más que un sentimiento, es más que una pasión. Pisar el suelo desde tus bambas de colores, esas que te han acompañado durante tus largos y duros progresos. Esas que han visto la gloria y la desdicha del perdedor, esas que están ahí aunque llueva a cántaros. Esas que no te defraudarán. Y siguen siendo mis compañeras una y otra vez más, sin miedo al cansancio, esa palabra no existe en nuestros vocablos. Y bailamos juntas, en armonioso paso elevado en superficie, y no existe nada más que la música y el ritmo cardiovascular de nuestro corazón interior. Tan solo queda salir al escenario y demostrarle al mundo de que pasta estamos hechos. Y es entonces cuando las miro y digo gracias, gracias por acompañarme en este duro y largo camino.

8.6.10

Y me encontraba allí, delante de él, suspirando por sus huesos, deseando que me besara otra vez, anhelando el contacto de su piel. Pero no dijo nada. Primero tocó mis cabellos, jugó con cada mechón castaño y acercó su nariz para olerme. Me miró vivazmente a los ojos, como temiendo perder algo. Después inclinó su cabeza y acercó sus labios a los míos. Cerré los ojos con fuerza y apreté su mano fuertemente. Cuando solo quedaba un escaso milímetro se paró. Por un instante pensé que todo era un sueño, pero no, abrí los ojos y seguía allí.
-¿No me vas a besar? -Le dije, dificultosa, ya que el deseo de besarle era más fuerte que mis palabras.
-Antes quiero pedirte algo.
-Lo que tu quieras.
-No me dejes nunca.
-Sabes que estaré a tu lado hasta que te hartes.
-Lo suponía pero, escucha una cosa, yo nunca me hartaría de ti.
Y justamente después el espacio desaparece, sus labios besan los míos, su corazón abraza a mi corazón, su piel se conecta a mis sentidos. No he sido tan feliz, nunca, hasta que llegó él e iluminó mis días más oscuros. Y no volvieron a dolerme las manos de frío nunca más. Y el deseo gira en espiral, porque mi amor por él es total y es para siempre. Eso es lo que pasa cuando le entregas todo tu corazón a alguien.

3.6.10

Malcríame la vida con mil besos a la hora y siente en tu corazón lo que la mente no controla. Ábreme las puertas del paraíso que yo tejeré el cielo estrellado en tu mirada. Muéstrame el secreto que escondes bajo llave que yo lo guardaré hasta el último día de mi vida. No dejes que la llama se apague, este amor no entiende de cenizas. Cúrame las heridas del ayer con dulzura y entrégame todo tu ser. Y es que tardaron mil novecientos noventa y dos años en crearte y sólo dieciséis en traerte a mí...